En la mayoría de las empresas, siempre existirá la queja de los subordinados
sobre no tener todas las herramientas que ellos creen convenientes para
mantener la operación.
Erróneamente, la actitud de la mayoría de la gente ante estas situaciones es
dejar de resolver problemas con el pretexto de que justamente no cuenta con los
recursos para ejecutar sus funciones.
¿Realmente el problema es tan grave para detener a la persona? ¿Se puede conseguir
a alguien más que pudiera realizar el trabajo con las condiciones que se están
presentando?
Detener tu productividad implica que generes menos para la empresa y por
ende, una devaluación en la importancia de tu estadía en el puesto que ocupas.
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