Hay algunas personas que están en contra del Halloween en México, tradición
obviamente adoptada de nuestros vecinos de Estados Unidos.
El tiempo, la mercadotecnia, y la globalización han hecho que esta tradición
se arraigue cada vez más en nuestro país.
¿En realidad está mal adoptar este tipo de tradiciones?
Si fuéramos puristas, entre las celebraciones que tendríamos que dejar fuera
estaría Año Nuevo el 31 de diciembre (puesto a que aquí manejábamos otro
calendario previo a la conquista); La Pamplonada, debrayada a la San Miguelada
(buscando justificar una celebración de una región española), y obviamente
Navidad (que es en una fecha en la que ni nació Cristo y no tendría nada que
ver con nuestras creencias originales politeístas).
Pero ha sido el tiempo el que ha arraigado estas fechas en nuestra cultura
haciéndolas parte de las celebraciones nacionales.
Halloween en México es meramente un pretexto para celebrar (y en el caso de
los niños, de pedir dulces y beneficiarse de esta tradición), porque poca gente
aquí sabe la raíz de la celebración, de dónde salen los disfraces o todo lo que
hay atrás del original New Hallows Eve. Éste no sustituye al Día de Muertos, la
gente no deja de poner sus altares por pedir dulces, La Catrina sigue siendo un
símbolo para simbolizar la muerte, los panteones se siguen llenando de flor de Cempaxúchitl
y la muerte sigue siendo cuestión de risa para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario