Tuve el gusto de comer con Martha Lobo y Alex Garnica en donde salió a
tema los matrimonios de algunas personas que conocemos.
Dentro de las pláticas surgió el cuestionamiento de por qué la gente
no se divorcia cuando ya tiene una relación muy desgastada con su
esposo (a).
Y dentro de las diferentes hipótesis y vivencias, Martha me comentó
sobre una película que vio (cuyo nombre no recordó jejeje) en dónde en
un matrimonio de avanzada edada, la mujer le da Alzheimer, y en el
asilo donde se encontraba, ella se enamora de otra persona, aún cuando
su esposo la visitaba y cuidaba todos los días.
Dentro de la trama el problema es que a final de cuentas ella le
confiesa a su esposo que aún
cuando él había sido muy atento con ella, estaba enamorada de otra
persona.
A lo que concluyó: El amor es memoria.
Esta aseveración realmente tiene dos filos. El tiempo es el que hace
que una relación sea seria y reconocida ante la sociedad, y separarse
de su cónyuge/pareja haría que esa historia juntos se vaya a la
basura.
Sin embargo, no dejamos de ser individuales y, aún cuando por
naturaleza tendemos a ser sociables, es un hecho que esa historia
persiste e influye de una manera muy fuerte en personalidad de cada
uno de involucrados aún separados.
Sí, el amor en parte es memoria, pero nunca es tarde para escribir un
nuevo capítulo en la vida, sólo o con una persona nueva. Son vidas
diferentes pero totalmente válidas.
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