jueves, 27 de junio de 2013

LA NUEVA INDUSTRIA MUSICAL

Sean Parker (creador de Napster) cambió la manera en la que el mundo escucha música y aun cuando su sitio fue clausurado, la revolución había comenzado.

La descarga de música en línea fue un cambio tan drástico que apenas hace 5 años, la industria de la música ha podido tener adaptaciones medianamente efectivas.

Por lo que al día de hoy encontramos los siguientes modelos de negocio:

-Compra física (CD): Este es el modelo viejo en el que la gente va a una tienda de música (como Mixup, (tienda más grande de música física en México)) y adquiere un ente palpable para reproducir la música. El CD de un artista nuevo cuesta aprox. $230 MXP ($19 USD) pero buscando competir, tiene varios álbumes en $99 MXP ($7 USD).

-Pago en línea por descarga (Itunes): La actual manera más común de adquirir música. Con la posibilidad de comprar por canción o álbumes completos. La gente compra música y itunes se lleva una comisión por compra. El precio por canción promedio es de $13 MXP ($1 USD)

 -Pago en línea por escuchar de manera ilimitada en carga temporal (Spotify): La nueva manera de escuchar música. Se paga una membresía y se puede elegir de un catálogo muy amplio de canciones la (s) que se quiera (n) escuchar(las) en línea. No se es dueño de algo pero se puede escuchar en cualquier momento, cuantas veces se deseé. En el caso de Spotify hay 2 tipos de membresías, la ilimitada que cuesta $49 MXP ($3.5 USD), que incluye publicidad y la Premium de $99 MXP ($7.5 USD) sin anuncios y teniendo acceso desde cualquier dispositivo.

Estas estructuras han sido reactivas de la descarga gratuita de la cual ni las disqueras ni los artistas se han podido recuperar.

¿Habrá forma en el que realmente se pueda regular la estructura en la que el artista y el productor puedan obtener una remuneración por su trabajo y que por otro lado el consumidor pague un precio justo?

Las épocas de hacer una buena canción o album y esperar ganar millones por las regalías, ha terminado. Ahora la música implica un concepto más completo como videos, conciertos, concursos y redes sociales para lograr los ingresos que solían generar.

Tal vez Sean Parker ha sido lo peor que le haya sucedido a la industria musical, pero lo mejor que le pasó al resto del mundo.

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