Actualmente vivimos en los tiempos de la información. Todos estamos conectados y ahora tenemos una cultura global y de millones de puntos de vista.
Una de las quejas más comunes sobre la difusión de la información el siglo pasado, era que las grandes televisoras (dueñas de varios medios impresos también), oligopolizaban qué parte de los datos eran difundidos, manipulando los hechos.
Pero ahora, todos somos reporteros, todos somos ojos, todos somos oídos y todos tenemos un espacio para podernos expresar sobre lo que sucede en cada parte del mundo. La manipulación de medios terminó y está en nuestras manos decidir qué fuentes considerar confiables.
Aún así, la gente busca líderes de opinión para procesar esta información y con base en esta, generar un criterio.
Entonces de repente parece absurda la queja que mencionábamos.
Al parecer la conclusión es que la gente busca el camino más fácil, al grado de ceder su criterio a manos de otra persona, hasta que dice algo que no nos parece y es entonces cuando se desacredita la fuente.
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