lunes, 14 de abril de 2014

CUÁNDO RETIRARTE DE UN NEGOCIO (EL DESCENSO DEL ATLANTE)

Por lo general hablamos de estrategias y maneras en las cuales una empresa que va iniciando tenga mayores posibilidades de proliferar. Pero hay un punto en el que hay que desistir.

Justo eso le pasó el día de ayer a Alejandro Burillo, dueño del Atlante. Tenía una franquicia futbolística de 25 millones de dólares, además de patrocinadores, derechos televisivos pagados y un patrocinio por parte del gobierno de Quintana Roo para que el uso del estadio fuera subsidiado; y lo perdió todo por cometer el peor error al tener un negocio; dejar de prestarle atención.

Después de obtener dividendos por haber sido campeones en el 2007 (que nótese que hubieran ganado más si hubieran seguido en el DF y jugar en el estadio Azteca (con un afuero de 110,000) vs en el Andrés Quintana Roo (con un afuero de 20,000 personas) que fue donde se coronaron); empezó a abandonar el negocio y sólo esperar el reporte de ganancias. Sin supervisar lo que se hacía, sin involucrarse en el equipo.

Entonces rompió la segunda máxima en un negocio: "A nadie le importa tanto tu negocio como a ti".

Esperó a que sus directivos mantuvieran a la gallina de los huevos de oro trabajando, cosa que no pudieron hacer.

El día de hoy el Atlante está descendido, sumido en una incertidumbre de qué hacer con la triste historia de su pinche vida (perdón por el lenguaje, pero es un dicho de mi abuela).

Si el negocio ya no es de interés, si ya no se le va a prestar atención, deja de perder dinero y véndelo.

En este ejemplo, Atlante esta en segunda, porque su dueño ya no lo quiere.

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