Uno de los mayores problemas con los negocios emergentes es que no
tienen una ventaja competitiva y entran a una industria contra
empresas con años de experiencia, cartera de clientes, flujo de
efectivo y años de credibilidad.
Por lo que la primera pregunta que debe de poder contestar el nuevo
negocio es: ¿Por qué un cliente debería de comprarme a mí?
Si no se tiene una respuesta concisa, el nuevo emprendimiento está
destinado a fracasar.
Así es que aún con todo el frenesí y la teórica buena oportunidad que
se está presentando, si no se ha definido la ventaja competitiva,
detén todos los demás procesos para iniciar tu negocio, porque éste
no existe.
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