A través del tiempo, el ruido mediático ha ido aumentando, y si bien a mediados del siglo XX era sencillo emitir un mensaje a una audiencia meta, al día de hoy se tienen entre 3 y 5 segundos para captar la atención de una persona.
La sociedad ha evolucionado a estar en varios sitios a la vez, empezando con el físico y extrapolándose a los virtuales, haciendo que tenga prácticamente nulo tiempo que perder. Por ende, su espectro de distracción a algo nuevo no buscado es mínimo.
Si bien desde tiempos anteriores se ha buscado la manera de premiar al cliente meta por su tiempo (con promociones o premios), parece ser que la tendencia será literalmente pagarle a la gente para que vea publicidad de manera consciente.
Porque por más que se sature un canal con un mensaje y el receptor se encuentre literalmente pegado al emisor, sin atención, no sirve en absoluto.
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