martes, 12 de noviembre de 2013

UNIENDO A LAS CLASES SOCIALES ARQUITECTONICAMENTE

Este tema lo hablé con Leonel Martínez tiempo atrás pero resurgió la
semana pasada con un chavo que anda estudiando arquitectura.

Uno de los principales problemas que tenemos en México es que casi
todos los espacios de convivio social no están pensados para que la
gente llegue a ellos en otro medio de transporte que no sea por
automóvil, por ende, tenemos problemas de tránsito en las diferentes
ciudades del país.

De manera adicional, está la tendencia de utilizar un lote para una
función exclusiva (habitacional, comercial, etc.), haciendo que el
crecimiento de las ciudades mexicanas sea horizontal, en vez de
aprovechar de mejor manera los lugares ya desarrollados.

La máxima general de los países de primer mundo es que hasta las
clases sociales altas utilicen el transporte público, logrando un
convivio común.

Ejemplos como el metro de París, Londres o Barcelona, son los
principales; en los que hay una estación a no más de 300 metros de
donde se encuentre una persona.

Se podría pensar que este tipo de cuestiones urbanísticas no deberían
de tener repercusiones sociales, pero la realidad es contraria.

La invitación sería para las nuevas ciudades en desarrollo (como
Querétaro o Playa del Carmen), que se encuentran en un boom de
crecimiento, de poner especial atención a este tipo de cuestiones,
pues tienen la oportunidad de generar una sociedad más entrelazada,
logrando una mejor calidad de vida para todos los habitantes, o
continuar como el DF en el que la segregación social es total.

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