*ADVERTENCIA: Este artículo habla sobre el final de la historia de La Chica del Dragón Tatuado, si pretendes verla/leerla deja esta lectura para otra ocasión.
A punto de terminar la película, el investigador va a casa del asesino para corroborar que él es realmente el culpable de los crímenes. Mientras investiga por su casa, el asesino llega y lo encuentra queriendo huir por la parte de atrás de la casa. El investigador miente diciendo que sólo estaba dando un paseo por el bosque, y el asesino lo invita a pasar a tomarse una copa de vino con él.
El investigador, sabiendo que esta persona ha matado gente, decide de todas formas aceptar la invitación para no mostrar malos modales y que el asesino no sospeche que él ya lo había descubierto.
Poco después, el asesino termina sometiendo al investigador y lo lleva a su sótano, lugar donde mataba a sus víctimas después de torturarlas. En el inter de ir preparando todo, el asesino platica con el investigador sobre la labor que había hecho y de cómo lo había descubierto. Una vez que el investigador explica la evidencia que encontró para saber lo que había sucedido, el asesino hace la reflexión: "Es curioso cómo la gente está más preocupada por no verse mal educada que otras cosas más importantes en la vida. Tú sabías que era el asesino y cuando te invité a pasar a beber una copa de vino aceptaste, aún sabiendo que era, preferiste conservar tus modales".
Y ese análisis creo que es muy interesante. Desde niños nos han enseñado ciertos valores referentes a la manera de lidiar con la gente en pro de mostrar una buena educación y mientras ha pasado el tiempo, se han arraigado tanto estos valores en nosotros; al grado que estamos dispuestos a pasar por una situación incómoda con tal de que un extraño no se sienta ofendido.
La imposición de una idea sobre nuestra voluntad y razón.
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