viernes, 30 de septiembre de 2011

EDUCANDO AL MERCADO

Para el ojo común, el apreciar el trabajo es algo complicado.

Y se da mucho, en especial con los compañeros diseñadores, que la gente pida un trabajo en diseño el cual implique una gran inversión la cual el cliente no está dispuesto a pagar.

"Necesito que me hagas el diseño para rotular unos camiones en el que salga una chava guapa entrando a una casa y que haya una cascada atrás".

Justamente en este punto es cuando comienza la labor de explicarle al cliente el trabajo que implica hacer un diseño como este.

Hay una de dos opciones, u obtienes las fotos en Internet (las cuales hay que comprar) y adecuas las imagenes a algo que sea similar a lo que el cliente está pensando (porque obviamente al ser fotografías ya existentes no van a ser iguales a la imagen que trae en la cabeza), o haces el casting y montaje para hacer una sesión fotográfica con estas características que costaría una fortuna.

Por lo tanto el punto es platicar con el cliente y aterrizar estos conceptos para prevenir malos entendidos y que se logre emitir un mensaje apropiado conforme a lo que quiere expresar la empresa y mantener esa apreciación de valor en la transacción

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