Estoy consciente que últimamente he hablado sobre temas cercanos a la
política, pero con las recientes elecciones, entre las verdaderas estrategias y
las "estrategias" de persuasión, ha salido mucha tela de donde
cortar.
Una de las acciones que tuvieron los candidatos que quedaron en segundo y
tercer lugar en las elecciones fue mostrar constantemente encuestas en las que
ellos iban a la cabeza de la preferencia de los votantes.
Durante toda la campaña, manejaron este dato como verídico y lo defendieron
hasta el último día antes de las elecciones.
Los números al día de hoy (habiendo contabilizado el 98.95% de los votos)
son: Enrique Peña Nieto 38.15%, Andrés Manuel López Obrador 31.64%, Josefina
Vazquez Mota 25.24%, Nulos 2.42%, Gabriel Quadri de la Torre 2.3%, Candidatos
no registrados .06% (fuente: http://www.google.com.mx/elections/ed/mx/results).
Con más de seis y doce puntos de diferencia con el ganador, ¿Con que irresponsabilidad
se atrevieron los otros dos candidatos a decir que ellos se encontraban a la
cabeza de la preferencia de los votantes? ¿Intentaron simplemente engañar
a la gente y crear desconcierto? ¿El fin fue robarse votos entre ellos dos y
lograr la diferencia que necesitaban para poder competir contra Peña Nieto?
¿Buscaban convencer a los indecisos (de los cuales previos a la elección
llegaron a ser más de 21% del total de votantes)? ¿No mentir en la encuesta
sería el primer acto deshonesto de estas personas previo a posiblemente ser
presidentes?
Me da orgullo ver que la gente, por más que fue mal informada por estos dos partidos
políticos, no se dejó llevar con estos engaños, y aún más, que una mentira en medios (muchas veces mal
nombrada como publicidad falsa) no haya sido más fuerte que la verdad,
demostrando que ni los medios manipulan a la gente, ni que la gente es tan
tonta como para creer todo lo que le dicen.
La conclusión mercadológica es: Mentiras en medios, por más que las difundas,
no se vuelven verdades.
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