Especialmente en empresas familiares, uno de los mayores problemas es la
delegación de tareas, puesto a que en cuestiones de importancia de medianas a
grandes, el dueño es el que busca tomar la decisión.
Me tocó que hace poco la llegara una persona nueva al departamento de
Recursos Humanos a la empresa en la que trabajo y organizó una junta para que
los responsables de las diferentes áreas lo conociéramos y pudiéramos compartir
nuestros puntos de vista.
A final de cuentas, la junta se terminó convirtiendo en el centro de quejas
de los departamentos por diferentes cuestiones que no se han manejado bien
dentro de la empresa.
Aún cuando esta persona, que viene fresca y con ganas de trabajar, llega con
la mejor disposición de mejorar las cosas, a final de cuentas por más que él
quiera mejorar algún proceso, si la ideología del dueño es diferente, no podrá
hacer nada para que se de el cambio.
¿Qué se puede hacer para poder lograr un cambio de esta magnitud? Ser muy
hábil y poco a poco encontrar la manera de demostrar que la iniciativa puede
tener buenos resultados para convencer al dueño poco a poco y que pueda
acceder.
El error esperado por los demás; es creer que después de haber hecho la
queja, habrá un cambio en el corto plazo.
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