La reacción natural es enojarse y arremeter contra él; sin embargo,
hay que ser más listos y estar por encima de la situación.
Porque el punto delicado aquí es que esa persona posiblemente es la
única que te pueda ayudar a salir del problema y, terminar de manera
tajante, hará que definitivamente el trabajo pendiente no se realice.
Por lo tanto, hay que mantener la calma y por más ridículo que
parezca, ayudar al proveedor a sacar la situación adelante. En el
futuro podrás no contactarlo más, pero al momento, lo importante es
sacar la chamba.
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