Para lograr una meta hay que saber invertir en los recursos que serán útiles.
En ocasiones, por costumbre o por malas decisiones, se sigue invirtiendo tiempo y hasta recursos tanto económicos como humanos, en proyectos que no servirán de nada.
Es tan absurdo como ponerle gasolina premium a una pick up de los ochentas.
Más vale detener un mal proyecto a tiempo que seguir desperdiciando recursos en algo que a la larga saldrá más caro.
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